La controversia envuelve al presidente de Azul Azul, Michael Clark, tras la acción legal de los Schapira. ¿Qué efectos tendrá esto en el club?
Este lunes, en medio de un evento deportivo de gran expectativa, emergió una noticia que acaparó la atención de los medios: la querella interpuesta por Daniel y Eduardo Schapira contra Michael Clark. Los dueños de una significativa porción de Azul Azul acusan a Clark de fraude por la omisión de una Oferta Pública de Adquisición de Acciones relacionada con la compra por parte de Inversiones Antumalal, perteneciente a Clark, para adquirir todo el Fondo de Inversión Privada Tactical Sport.
La respuesta de Clark no se hizo esperar. Durante la rueda de prensa, evidenció su posición al respecto. "Es una pena, una lástima, y esto claramente afecta, eso es innegable", expresó con notoria preocupación. Estas palabras no solo reflejan su estado de ánimo, sino que también insinúan las posibles repercusiones que este litigio legal podría tener en la estructura del club.
Con la firmeza de quien se sabe respaldado por la legalidad de sus actos, Clark defendió su postura: "Nosotros estamos tranquilos porque hemos actuado siempre cumpliendo la ley. Este es un país libre y aquí cualquier persona se puede querellar contra alguien, ahora, que esa querella tenga méritos, es otra cosa". Su mensaje transmitía una mezcla de confianza y desafío frente a las acusaciones impuestas.
Sin embargo, el presidente de Azul Azul no desconoce el peso de las aseveraciones en su contra y la magnitud de la situación: "Hemos hablado con abogados y nos encontraron la razón a nosotros en el sentido de que no era necesario lanzar una OPA para comprar esas acciones. Estamos bastantes seguros y convencidos de nuestra posición", concluyó incisivamente Michael Clark. El futuro inmediato dirá cómo esta querella impactará tanto en la gestión de Clark como en el bienestar del club.