Gustavo Álvarez analizó el empate de Universidad de Chile ante Carabobo en Venezuela, destacando el liderazgo de su equipo en el grupo y resaltando tanto los aspectos positivos como las falencias mostradas durante el partido.
Con calma y autocrítica, Gustavo Álvarez analizó el empate de Universidad de Chile frente a Carabobo en Venezuela, un resultado que, pese a no cumplir sus expectativas, les permite seguir liderando su grupo en la Copa Libertadores.
"Empezamos con un dominio del balón y del terreno, con algunas aproximaciones peligrosas, pero a partir del penal el partido se empareja, favoreciendo levemente a Carabobo, pero el penal a favor nuestro equilibra el resultado. Ahí decidí conservar el esquema, pero poner características más ofensivas y explosivas. Insinuamos, pero no pudimos vulnerar al rival, sin llegadas claras", explicó el técnico de los azules, descartando además que el retraso en el inicio del partido haya tenido mayor influencia.
"La lluvia solamente demoró el partido e hizo la cancha un poco más rápida, a favor de la velocidad del juego y en desmedro del fútbol", añadió Álvarez, quien expresó su desazón por no haber podido lograr los tres puntos.
"Vinimos a ganar, nuestra ambición era sacar los tres puntos. Siempre que se empata hay dos puntos partidos. Tenemos la obligación de ganar en todas las canchas (...) Fue el partido que esperaba desde el planteo del rival, muy ordenado, con la idea de salir rápido en contragolpe. Nos faltó esa claridad para meter un pase gol, el centro preciso o la gambeta necesaria para ser más profundos", reflexionó el entrenador, destacando también la madurez de su plantel para sobreponerse a la adversidad.
"Este es un plantel muy maduro, les pedí tranquilidad, no había que desesperarse, no salirse del plan. Había que confiar en nuestras convicciones, este plantel sabe que siempre se respeta la idea y lo entregado que nos trajo hasta aquí", concluyó.